En las grandes ciudades es difícil tener un huerto. Los niños muchas veces no son conscientes del proceso de desarrollo de frutas y verduras, desde que se plantan hasta que llegan a su plato. En la escuela, durante los cursos de Primaria, se suelen hacer experimentos con garbanzos y lentejas para ver su germinación.
Proponemos que en casa se compren y planten semillas de las plantas que habitualmente se usan para cocinar: hinojo, perifollo, albahaca, perejil, salvia, etc. que los niños deben cuidar en pequeñas macetas y que por no alcanzar grandes proporciones, a falta de terraza se pueden colocar en la ventana de la cocina. Aunque no sea como coger las manzanas directamente del árbol, siempre será gratificante cenar una pasta aderezada con tu propia albahaca.
Y si os animáis a ir un poquito más allá, podéis probar con esta sugerencia:
Título: De la maceta a la
cazuela
Traductor: Wendy López de Avechucho
Fotógrafo: Annie Nichols, Hill Heap
Editorial: SM
Año: 2008
nº pág: 80
ISBN: 978-84-675-3113-0
