miércoles, 31 de octubre de 2012

SOPA DE TORTUGA


La sopa de tortuga nos sirve de excusa para hablaros de este libro.

Pero no os confundáis: no es un libro de recetas. La entrada de hoy viene disfrazada.




Escrito por Daniel Nesquens, ilustrado por Elisa Arguilé (y editado por Anaya), se trata de un bestiario muy particular. 

Grandes y pequeños, preparaos para disfrutar de su refinado humor y sus expresivas ilustraciones.

Os dejamos una muestra, a modo de degustación.  
¡Que aproveche! ;)


TORTUGA

Se tiene la creencia de que la tortuga es lenta. Mentira. Claro que si  comparamos una tortuga con un leopardo, o si la comparamos con un coche de Fórmula 1, la tortuga es lenta, lentísima. Pero comparemos una tortuga con un libro. ¿Quién es más rápido? Lo que les decía.
Lo bueno de la tortuga es que en los días de viento, cuando usted abre la ventana, la puede poner boca abajo de pisapapeles.
La tortuga es muy fácil de dibujar por tres razones; tiene una forma muy sencilla y se mueve muy despacio.
La sopa de tortuga es muy apreciada en ciertas islas de la Poilinesia, y el gazpacho en Andalucía.
A la tortuga le gusta  más el cine que el teatro, y prefiere las marionetas de hilo a las de trapo. Pero lo que más le enamora son los espectáculos pirotécnicos. Las múltiplicaciones de colores y sonidos de los fuegos artificiales. Cientos de chispas y de colores. Pero hay veces en que, si el estruendo es muy fuerte, esconde la cabeza y no puede ver ni las estrellas de colores ni los ojos de admiración que ponen los más pequeños.